En este tema abordaré, mis primeras 6 decisiones que tome frente al deseo incontrolable por comer alimentos altamente caloricos; espero sirvan a aquellas personas que saben o creen tener, una adicción por el azúcar en sus habitos alimenticios y no encuentran el camino para comenzar a reconocer la importancia de asimilar el efecto que poseen aquellos alimentos dulces en nuestra salud.
Comencemos…
1. Afirmar a nuestro cerebro enfáticamente la decisión de NO consumir azúcar en las comidas

Ahora pienso; «haber dejado el consumo de azúcar en mis comidas de manera radical, fue la mejor decisión que pude hacer», aunque al principio fue difícil, frustrante y hasta depresivo, los resultados valieron la pena, pues sin saberlo, había creado una adicción fuerte a las comidas azucaradas y necesitaba que mi cerebro comenzara a recablear diferentes conexiones neuronales para calmar la ansiedad por azúcar.
Una manera efectiva que me sirvió, fue verme al espejo enfocando la mirada hacia los ojos y declarando con determinación … «A partir de hoy evito consumir azúcar porque me está dañando mi salud, solo quiero mi bienestar».
Cada vez que sientas ese deseo de tomar o comer con azúcar, bebe agua fría y repite esta frase o alguna similar; te ayudara a encontrar dentro de ti la fuerza necesaria para comenzar el cambio.
2. Identificar la diferencia entre azúcar de alimentos naturales y azúcar de productos refinados

Cuando digo azúcar natural, me refiero a la presente en alimentos que no han sido manipulados, metabolizados, químicamente alterados, ni procesados y que encontramos en la naturaleza; es decir, del campo a la mesa, tal es el caso del azúcar presente en frutas, miel, leche pura sin aditivos.
Al referirme al azúcar añadido, estoy hablando de aquella químicamente alterada y manipulada para realizar otros productos; entre ellas menciono las más conocidas como azúcar de mesa, jarabes de maíz, concentrados de frutas, azúcar morena, panela, melaza y substitutos químicos de azúcar.
Al tener clara dicha identificación, elegí las naturales, en especial la fructosa de las frutas y verduras, pues aunque no lo creas, las verduras también contienen azúcar; las elegí porque están acompañadas de fibra.
Al existir este elemento (fibra), los alimentos pasan lentamente por el intestino formando una capa protectora que evita la asimilación rápida de la glucosa presente en el azúcar de los alimentos.
Situación que no sucede en comidas sin fibra, donde la glucosa pasa rápidamente al torrente sanguíneo, haciendo que el cuerpo trabaje aceleradamente, para bajar la cantidad de glucosa que entro abruptamente, haciéndonos subir de peso al tener que acumular toda esa glucosa en forma de grasa.
Esta decisión me aporto mejores nutrientes y comencé a sentirme mejor del estreñimiento que por años me había acompañado, recuperando además la energía vital que había bajado por el tipo de alimentos que consumía.
Antes de mi cambio, tomaba decisiones alimenticias basándome en los deseos de suplir el vacío emocional producto del estrés; cuando empecé a descubrir lo perjudicial que es el consumo de azúcar sin fibra, mi cerebro comenzó a perder interés por jugos, sodas y por preparaciones con harinas, las cuales eran frecuentes en mi forma de comer; no había día que no comiera de postre un pedazo de pastel o una galleta industrial hipercalórica.
Tú podrías comenzar identificando la cantidad de azúcar presente en los alimentos que consumes, observando la etiqueta de los productos, tomando así decisiones conscientes de la cantidad de elementos nocivos que estás ingiriendo.
Algo muy importante: Recuerda identificar el tipo de azúcar y los diversos nombres con que la disfrazan en las etiquetas; algunos son: Azúcar morena, Azúcar o jarabe de malta, caña de azúcar, néctar de agave, jugo de caña evaporado, miel, melaza, miel de maple, glucosa, edulcorante de maíz, jarabe de maíz, jarabe de maíz con alta fructuosa, cristales de caña, concentrados de jugo de frutas, azúcar invertido.
3. Observar la cantidad de azúcar en las etiquetas de los alimentos que compras
El azúcar es una sustancia tan adictiva, que la podría comparar con otras adicciones como al café, al alcohol, tabaco, estupefacientes, juegos, sexo, internet, entre muchas más.
Podría resaltar que actualmente muchos gobiernos del mundo occidental, incluyendo países considerados desarrollados y los no tanto, se han preocupado por este tema de salud y han aprobado algunas regulaciones en sus leyes para que incluyan en las etiquetas la cantidad de azúcar y el nombre de los ingredientes que contiene el producto a consumir.
Dato importante para que tengas en cuenta; en términos generales, una persona adulta sin problemas de salud como diabetes, podría consumir entre 20 a 25 gr de azúcar al día.
Dicha cifra es teniendo en cuenta la sumatoria de todo lo que se consume en el día, porque no necesariamente el azúcar se encuentra en comidas dulces; también la encontramos en otros alimentos considerados más naturales tal es el caso de frutas, miel, leche o salados como panes, papas fritas de bolsa, yogur, entre otros.

En la imagen anterior, puedes ver la cantidad de azúcar que esta leche condensada tiene… 21 gr en solo dos cucharadas, TE pregunto, cuanto más necesitas para generar picos de glucosa nocivos para TU salud cardiovascular?
En estudios recientes de la Asociación Americana del Corazón, se habla que los adultos estadounidenses consumen aproximadamente 77 gr de azúcar al día, es decir, su consumo es 52 gr por encima de la media recomendada; la verdad no creo que dicha cifra cambie sustancialmente en otros países, producto de la alta demanda en alimentos procesados, los cuales inundan los estantes de los supermercados.
Vuelvo y te repito, observa, suma y lleva un registro personal de la cantidad de azúcar que consumes al día para que logres equilibrar porciones con ingesta saludable; aportando la cantidad adecuada de glucosa para la energía vital y no saturar el cuerpo con calorías innecesarias.
4. Evitar consumir bebidas azucaradas y reemplazarlas por agua

Al principio es algo difícil abandonar el hábito a consumir, sodas, gaseosas, jugos, energizantes, té dulce, malteadas, helados, entre otros; lo primero importante a tener en cuenta; NO TE CULPES cada vez que sientas ansiedad por consumirlos; ya que dicha sensación es por el alto nivel de azúcar que contienen, ya que esta activa las hormonas del placer en el cerebro.
Aproximadamente El 47% del azúcar lo ingerimos en las bebidas; te invito a consumir más agua, te, o infusiones aromáticas sin endulzantes, café negro sin azúcar; tu corazón y cerebro lo agradecerán.
5. Reemplazar azúcar refinada por endulzantes naturales


Lo ideal es no consumir azúcar; pero si el deseo por hacerlo es mayor a tus fuerzas, debido al nivel marcado de adicción que genera, entonces te recomiendo utilizar endulzantes naturales como hojas de estevia, monk fruit o fruto del monje, xilitol; estos son azúcares seguros que no brindan carga glucémica al cuerpo o si lo hacen, es en menor grado; además están las frutas secas como los dátiles y ciruelas pasas, pues aunque su nivel de azúcar es alto, está acompañado de fibra y esto permite que no sea absorbido de manera rápida en el intestino.
Existen muchos más endulzantes naturales, pero considero estos los más importantes, por su versatilidad de usos en el reemplazo de azúcar refinada, de las preparaciones como masa para pan, pasteles, mermeladas y por qué no, utilizarlas como endulzante de café, te, helados.
Prometo realizar, más adelante, recetas con fotografías utilizando estos productos, pero lo más importante; evita edulcorantes químicos como aspartamo (Nutra sweet); sacarina (gomas de mascar); sucralosa (Splenda); y muchísimos más; estos productos nos intoxican y poseen ingredientes cancerígenos.
6. Analizar lo observado y/o escuchado en redes sociales

Recuerda; la influencia de la publicidad está presente y enmascarada en todas las actividades de la vida moderna y lo peor, es que están disfrazando la verdad acerca del daño a nivel cerebrovascular que posee el azúcar de sus productos.
Las verdaderas intensiones de las compañías que fabrican alimentos, no es brindar salud; por el contrario, es generar una adicción pasiva a las sustancias que manipulan a nivel químico en el cerebro; haciendo que las decisiones tomadas de lo que comemos, estén marcadas más por lo que deseamos comer y no a lo que necesitamos realmente para nutrirnos.
Palabras o frases encontradas en anuncios como;
¡siente el poder!,
¡muy saludable!,
¡delicioso!,
¡sano!,
¡nutritivo!
¡Te sentirás mejor!
Y si a estas palabras le sumas imágenes, voces cautivadoras, horarios dirigidos a determinado público (infantil, ama de casa, trabajadores, entre otros), tienes la receta perfecta para que el cerebro retenga dicha información y luego inconscientemente, estés buscando el producto en la próxima compra del supermercado.
Como conclusión recuerda…
Lo importante no es sentirte culpable del enganche generado a los productos dulces; lo que realmente hará la diferencia es la relación y compromiso que llegas a tener, sobre tus decisiones de salud.

No es el nutricionista, médico, deportologo, entrenador, amigos, familia, pareja, quienes deciden sobre tu cuerpo; dejarle la responsabilidad a los demás es lo más fácil para sentir que otros, son los que deben darnos las recetas mágicas; es uno mismo quien tiene la decisión conveniente bien sea positiva o negativa, de la relación que tendremos con lo que comemos.
Sigue la receta: AOIERA
Afirmar,
Observar,
Identificar,
Evitar,
Reemplazar y
Analizar;
Esta «receta» será excelente para comenzar el camino en pro de nuestra salud, venciendo poco a poco la terrible adicción por el azúcar.
Ten un maravilloso día y no olvides dar clic en la estrellita de «me gusta» si consideras que te puede ayudar y/o comparte en tus redes sociales esta información, mil gracias.

Deja un comentario