LA NO ACEPTACIÓN EN LA ANSIEDAD

Al desbordarse la ansiedad, algo sucede sin darnos cuenta; el ego se sumerge en el perfeccionismo hacia nosotros y hacia los demás.
Nos convertimos en una especie de figuras superpoderosas en la mente, donde perdemos de vista los conceptos de humildad, sencillez y generosidad.
Vivimos inmersos en nuestra propia fantasía con sentimientos egocéntricos de que todo lo podemos hacer y que tenemos el control de las situaciones.
Es en ese momento de falsa «gloria», que nos damos cuenta… ! No tenemos control ni del cuerpo, ni de la mente y mucho menos de las emociones que estamos sintiendo!.
El descontrol del corazón con taquicardias, la respiración superficial que ahoga, los pensamientos catastróficos que llegan, nos aíslan de la realidad.
El miedo invade todo nuestro ser y caemos del pedestal donde nuestra mente nos había situado.
El temor que se siente nos quiere falsamente proteger del presente agobiante y del futuro incierto, enviándonos pensamientos negativos, nublando la mente, atrapándola en una realidad distorsionada.
Al querer controlar las situaciones, sin permitir sentir las emociones generadas en la cotidianidad, comenzamos una lucha interior entre las sensaciones presentes y el querer dominarlas por medio de la no aceptación de las mismas.
En mi proceso, he detectado una serie de etapas que van escalando y convirtiéndose en ansiedad, la cual es producida por no aceptar que llegó a nuestra vida con un propósito de enseñanza.
Etapas de la no aceptación

1. No aceptamos que la ansiedad se desbordó y fuimos su cómplice

Luchamos tanto por no aceptar que tenemos ansiedad, que, poco a poco, nos debilitamos; gastamos energía vital en forma de sufrimiento al ver que ninguna de las acciones que realizamos para controlar los síntomas de ansiedad funcionan.
Ejemplo: Siento dolor de cabeza, está fuerte, pero debo controlarlo, no es importante, se me va a pasar, yo puedo, no requiero nada, solo sé que va a pasar porque yo debo hacer muchas cosas y no tengo tiempo para pensar que hacer con este dolor.
2. Sentimientos de poca aceptación de la realidad
Comenzamos a sentirnos vulnerables, impotentes, nerviosos, desconfiados, irritables, abrumados, irascibles, paranoicos, cansados, afligidos, entre otras sensaciones que debilitan nuestra acción, creando en la mente una forma de juego donde me culpo por todas las manifestaciones que siento.

Ejemplo: Este informe lo pude hacer mejor; pero por culpa del dolor de cabeza, me siento incompetente. Odio este dolor, me da rabia que otros puedan ser más eficientes, no debería cansarme tanto, pero por culpa de este calor, me dio dolor de cabeza y justo mi jefe no me entiende, me da rabia este trabajo, pero tengo que pagar mis deudas.
3. Serie de Pensamientos Catastróficos
Es en esta etapa, nos hemos convertido en nuestro juez más estricto dando un final catastrófico a todas las situaciones vividas; lacerando nuestra autoestima, confianza y seguridad en nosotros, alargando de esta forma nuestro sufrimiento al no querer aceptar que llegó la ansiedad a nuestra vida

Ejemplo: Por culpa del dolor de cabeza, no pude terminar mi informe a tiempo; seguramente mañana mi jefe (que me tiene entre ojos) me va a llamar a la oficina, me gritará lo incompetente que soy y me dará la carta de despido. Debí trabajar más y releer el informe antes de entregarlo, así mis compañeros de trabajo no se burlarían de mí al verme salir con mis mejillas rojas y llorando de la oficina, porque todos me odian.
4. Sobrecarga Emocional
La mente, en esta etapa, comienza a divagar y evita observar las situaciones cotidianas con claridad y objetividad; se sobrecarga de ideas irracionales que al final nos abruman la acción de pensar, empezando una serie de lo que llamo «cortocircuitos mentales«.
Ejemplo: Debo realizar otro informe utilizando las estrategias que nos enseñaron en la conferencia, pero no recuerdo ninguna, debí ser más lista y apuntar las ideas importantes… ahora si me van a despedir y luego; de qué forma pagaré mis deudas, perderé la casa, donde viviré, que comeré…

Y así, sucesivamente, voy creando mi mundo de película mental fantástica, de terror.
5. Pensamientos Repetitivos y Rumiantes
El Mundo de fantasía creado, se fortalece con cada situación donde hay estrés y por ende sufrimiento; esta etapa es crucial bajo mi punto de vista, ya que si no detectamos a tiempo que las emociones sentidas, están pasando de condiciones de alto estrés a estado de ansiedad, este bucle de pensamientos se podría fácilmente convertir en un TRASTORNO DE ANSIEDAD Y/O DEPRESIÓN.

Ejemplo: Por culpa de este dolor de cabeza, me van a despedir, debo terminar mi informe, si no lo hago rápido es por mi incompetencia, me quitarán la casa y no podré vivir, ¿qué hago? No logro concentrarme para hacer el informe. Investigaré en la internet a ver qué dicen acerca del dolor de cabeza… pero si dice que es un tumor o cáncer, y me despiden, ¿cómo pagaré las deudas del hospital? Y si muero, mi familia ya no tendrá nada que comer… ¡qué angustia SIENTO! Ya me está dando taquicardias… seguramente eso es cáncer y moriré.
6. Investigaciones Descontroladas de Síntomas
Al no ser conscientes de que estamos desarrollando ansiedad, pensamos y actuamos con la convicción de que podemos controlar todo a nuestro alrededor, incluyendo sentimientos y emociones; recurriendo a nuestro «doctor Google» para asociar síntomas con posibles enfermedades; ademas de hacer preguntas a la familia y/o amigos sobre los mismos temas.
Regularmente, este ejercicio lo hacemos desde pensamientos fatalistas. Recuerda… Mientras más catastrófico sea el panorama, mejor es para nuestra ansiedad desbordada.
Ejemplo: Mi amiga, que también sufrió de dolor de cabeza, le diagnosticaron migraña. Como no volvió a tiempo al médico, al poco tiempo le detectaron un tumor maligno y murió. Sus síntomas son idénticos a los míos. Seguramente yo también tengo un tumor y me voy a morir, porque en esta página web dice que ese tipo de tumores son cancerígenos y no operables.

7. Umbral de Ansiedad
Cuando llegamos al límite de nuestra capacidad para mantener nuestro estrés en parámetros normales, la visión irreal del mundo que hemos creado, por factores como el egocentrismo y perfeccionismo, nos lleva a experimentar un continuo por qué?;
Por qué me siento mal, por qué no se dan las cosas favorables, por qué no me escuchan, por qué me pasa esto a mí, por qué no logro aliviarme, por qué me atacan, por qué no me hablan, por qué mis ideas no son válidas; entre otros tipos de cuestionamientos.

Ejemplo: ¿Por qué tengo dolor de cabeza?, ¿por qué me envían a hacer este informe?, ¿por qué no puedo concentrarme?, ¿por qué todo me sale mal?, ¿por qué siento que se me acaba el mundo?, ¿por qué otros son felices y yo no?
8. Sentimientos de impotencia frente a la realidad
En esta etapa, la fragilidad y el agotamiento mental nos agobia al crear escenarios sin tener base real, con ideas de control y dominio.
Frases como… yo no debo estar enferma, yo soy empoderada, yo puedo con esta situación, yo tenía que hacer esto para que las cosas salieran bien, puedo evitar sentir, si antes lo hice hoy también lo haré, dormir para que si puedo tomar café y trabajar un poco más.

Ejemplo: Yo no necesito más tiempo para escribir el informe, mi dolor de cabeza es pasajero y yo lo puedo tolerar, yo soy fuerte y puedo hacer el informe… y media hora después…, el dolor de cabeza descontrolado ya se convirtió en migraña con vómito y diarrea.
9. Sentimientos de Aislamiento
Comienza una etapa de vulnerabilidad; el ego intenta por todos los medios hacernos sentir desgraciados y que la mejor manera de enfrentar las emociones desbordadas, es por medio del aislamiento; creando de esta forma autonegación a las condiciones que nos llevaron a estados ansiosos.

Ejemplo: Hay una reunión con los compañeros del trabajo para cenar; pero no quiero ir, prefiero estar en casa viendo televisión y luego terminar el informe, además, no tengo ropa adecuada para salir a comer y seguro me van a mirar mal por no tener ropa nueva, porque todos me conocen y posiblemente la música va a estar fuerte y me dará nuevamente dolor de cabeza, y terminaré con migraña; es mejor estar en casa.
10. Reconocimiento de la no aceptación de la ansiedad
Al llegar a esta etapa hemos alcanzado un nivel de agobio que nos impulsa a dar un paso al autoconocimiento; y que es imprescindible tomar decisiones que nos lleven hacia caminos de bienestar.
Esta etapa es bastante crucial para decidir si seguimos con estados ansiosos o definitivamente buscaremos caminos adecuados para apropiarnos del presente, y aceptar el hecho de que estamos pasando por estados ansiosos y que esta condición no nos está definiendo como personas, ni mucho menos como alguien con discapacidad mental.
Por el contrario, aceptar la ansiedad nos hace empoderarnos sanamente de nuestra capacidad de sanar y ver la ansiedad como una fortaleza para un mayor aprendizaje.

La mejor forma de recuperar el equilibrio mente y cuerpo es evitar precisamente lo que hemos estado haciendo en todas las etapas; es importante dejar de dominar las situaciones creyendo que siempre tenemos el control de las emociones; es crear estrategias para armonizar los pensamientos para cada situación que vivimos centrándonos en el presente.
ESTRATEGIAS DE ACEPTACION
Calmar la mente mediante la meditación, la música suave y los espacios tranquilos que nos motiven a descansar.
Interiorizar pensamientos que motiven al desarrollo personal y al amor propio.
Dedicar espacios para realizar actividades que sean diferentes a la rutina diaria como paseos, salidas a caminar, restaurantes, y bailar, entre otros.
Evitar que el ego tome control de las decisiones inmediatas, pues siempre estará programado para tratar de dominar las situaciones dando un aire egoísta y obstinado; lo más importante es profundizar en nuestro bienestar y apropiación del presente.
Concientizarnos; todos los seres humanos, de una u otra forma, fallamos; el mundo es una gran escuela, donde venimos a aprender de los errores y a construir nuevos estados, pero ya no de ansiedad, sino de paz interior y armonía.
Caminar con conciencia en la naturaleza, disfrutando aromas, colores, sonidos.
Hablar con alguien que consideremos no juzgará nuestros sentimientos y emociones.
Leer libros, frases, o escuchar podcasts de auto gestión emocional para estados de estrés y ansiedad.
Cambiar los pensamientos catastróficos por unos motivadores por medio de la aceptación de la realidad que vivimos y no la que deseamos.
Y la estrategia más importante, cultivar paciencia y tolerancia en el proceso de desaprender los patrones conductuales que a través del tiempo se fueron instalando en el cerebro.

Como conclusión, diría
La aceptación nos brinda paz interior; calma y ayuda a la mente en la creación de caminos adecuados para afrontar unas emociones que se desbordaron y crearon estados ansiosos que nos quitarán la paz; pero que podemos recuperar siempre y cuando centremos la atención en el presente.
Aceptemos que la ansiedad ha venid depende de la forma como la tomemos, ella se afianzará en nuestra mente, o por el contrario, solo manifestará lo que pasaría si dejas de lado tu bienestar y diriges tus intereses a condiciones externas para encontrar TU FELICIDAD.
Gracias por tu lectura y espero que estas estrategias sirvan para tu proceso de identificación y apropiación de la aceptación.
Eres un ser único y, como tal, mereces desarrollar tus estados ansiosos con independencia y valorar tu propio proceso de evolución.
Ten un maravilloso día
