Nutrición en Estados de Ansiedad

CONTEXTUALIZANDO UN POCO…

Al estar casada y con mi hijo pequeño, subía y bajaba de peso sin la utilización de dietas o restricciones alimenticias; asumo que el desequilibrio estaba producido por condiciones emocionales, estrés laboral, temores y dudas de las problemáticas de pareja.

A finales de la relación con mi ex, utilicé métodos para bajar de peso por medio de pastillas (no recuerdo el nombre), pero las abandoné por varias razones:

  • El elevado precio del tratamiento y más para una profesora con bajo salario.
  • Tuve pánico al ver episodios de diarrea con una «baba aceitosa» que salía por el recto continuamente.
  • El no estar las pastillas formuladas por un médico; fue algo que empíricamente ensayé.

Mi dieta en esa época estaba basada en lo que culturalmente aceptaba como saludable y la influencia de la zona cafetera donde vivía, así que la base era papa, arroz, plátano, yuca, frijol, lentejas, pastas, pan blanco, galletas, pasteles, y en menor proporción verduras y ensaladas; no tenía control sobre las porciones, pues para mí no tenía importancia el tema.

Luego del divorcio, nos mudamos mi hijo y yo a Medellín (Colombia) y me preocupó el tema nutricional, para ambos; mi hijo, preadolescente y yo con elevado sobrepeso.

Comencé a balancear los alimentos un poco más, e investigaba acerca de temas de salud en la televisión y en internet.

De esta manera, preparaba comidas más nutritivas e integrales, además de comenzar rutinas de ejercicio y caminatas. ¡El resultado final! ¡Bajé de peso!

Luego nos mudamos a España, la alimentación fue aún más sana pues estaba basada en la dieta mediterránea, abundante verdura, grasas saludables, pescado fresco, poca carne roja (además de no gustarme el cerdo), pollo.

Fue en esta época que mi figura se estilizó mucho mejor, tomando un cuerpo de protagonista de televisión (broma), muchas personas que me conocían de antes, pensaron que me había realizado algún tipo de cirugía, pues el cambio era bastante drástico. Pero recuerden que no fue muy saludable en términos generales estos cambios físicos abruptos.

Al mudarnos a Estados Unidos, las cosas cambiaron; la comida chatarra fue desplazando a la dieta mediterránea; en parte, debido a la saturación audiovisual de medios comerciales, donde se da mayor importancia a la comida rápida que a la elaboración casera de los alimentos.

El estilo consumista de este país puede hacernos caer en manipulaciones y si no estás preparado para dicho bombardeo de información, que en gran parte es falsa, te dejaras influenciar negativamente por los «marketings» utilizados para captar audiencia.

Por estar inmersa en un sistema consumista y capitalista, el trajín de los trabajos no deja muchas opciones saludables para comer; el tiempo limitado en los descansos y los horarios extensos de los turnos, son desfavorables para una dieta sana; por ende, comencé a subir de peso.

Cuando mi salud se fue deteriorando, despertó en mí el gusanito que todos llevamos dentro de la investigación; la enfoqué a mejores formas de preparar y consumir comidas saludables, viviendo en un país tan extremadamente consumista.

Documentales en plataformas como Youtube eran y siguen siendo una de mis principales fuentes de información; pues puedo dirigir mis gustos y preferencias para aprender de manera amplia y tratar de evitar tanta censura que los medios de televisión y radio alcanzan a tener.

Esto fue despertando mi conciencia alimenticia; en gran parte por el deterioro en mi salud, al comenzar a sufrir de hipertensión, estreñimiento, diarreas, hemorragias, desequilibrios químicos en sangre, insomnio, fatiga, ansiedad, estrés; haciéndome pensar más en una alimentación acorde a mis nuevas condiciones médicas.

Para controlar la presión, comencé a reducir el café, la carne roja y las grasas, aumenté el consumo de ajo y avena; no era necesario que un médico me dijera los cambios que debía hacer; la razón natural me iba enfocando.

Para la diarrea, dolor de estómago y estreñimiento, dejé los lácteos y comencé a tomar bebidas vegetales como de almendras y soya.

Para combatir la obesidad y los desequilibrios de vitaminas-minerales, consumía batidos de avena con frutas, principalmente banano, en ayunas antes de ir a trabajar.

Pero para el tema de dolor muscular, estrés, insomnio y ansiedad, no realicé ningún cambio, simplemente porque para esa época, no tomaba dichos aspectos como enfermedad, más bien las veía como algo cotidiano sin importancia.

Pero, ni realizando todas las modificaciones nutricionales, mi peso bajaba, por el contrario, paulatinamente subía y al llegar a la menopausia, ya pesaba 85 kilos y en el transcurso del trastorno de ansiedad llegué a los 110 kilos.

Ahora, haciendo un análisis general de estas situaciones, observo que el tema de nutrición, alimentación y procesos ansiosos, han estado presentes en mis constantes desequilibrios de salud.

Dicho análisis me creó la siguiente pregunta… ¿por qué no bajé de peso?; la respuesta la desglosé en diez motivos generales.

10 MOTIVOS QUE OBSTRUYERON BAJAR DE PESO

1. Descontrol en los estilos de alimentos

Cuando realizamos una serie de cambios en la comida sin guía adecuada de expertos en salud, descontrolamos la microbiota intestinal, generando grandes desequilibrios metabólicos.
2. Desequilibrio en las Porciones
En ocasiones pensamos que comemos más de la cuenta, y que este es el motivo del subidón de peso; pero existen otros factores más imperceptibles, como cuando ingerimos menos cantidad de alimentos; esto podría activar en el cuerpo, mecanismos de almacenamiento y reserva, por medio de grasa; dando lugar al sobrepeso por autoprotección, al sentir nuestro sistema de supervivencia primitivo (amígdala cerebral), que debe proteger Al cuerpo de una posible escasez de alimento; cabe resaltar que dicho sistema es autónomo.
3. Ingesta Desbalanceada de Macronutrientes
Este punto hace referencia al consumo inapropiado de los alimentos sin balancear los macronutrientes necesarios para la correcta nutrición; es decir ingerir poca o mucha proteína, de cualquier fuente vegetal o animal; descontrol de carbohidratos, como arroz, papa, pan, entre otros y consumo de grasas poco saludables, trans, saturadas, polinsaturadas, como mantequilla, margarinas, aceites vegetales entre otros.


4. Horarios Inadecuados
Comer sin tener periodos de no hacerlo mínimo de 4 horas, puede ser un motivo para aumentar de peso; ya que requerimos de ciclos de descansar el sistema digestivo y así se activen los otros sistemas; realizando con mayor eficiencia sus funciones de nutrición, regeneración y desecho; cuando no lo hacemos se podrían formar úlceras, indigestiones, y mal absorción de nutrientes.
5. Insuficiente Hidratación
El agua al igual que los alimentos, es indispensable no solo por sus compuestos, sino por ser conductor de los nutrientes, y si el cuerpo no obtiene la suficiente cantidad, comienza a retener la poca agua que le damos; comenzando a descontrolarse todos los sistemas, manifestando problemas como estreñimiento, sequedad, dolores de cabeza, cansancio, ansiedad, depresión. Ten en cuenta que me estoy refiriendo al agua pura y no a líquidos que la contienen como sodas, batidos, jugos, entre otros.
6. ATRACONES NOCTURNOS
El cuerpo humano no está diseñado para estar activo en las horas nocturnas de forma natural, porque utiliza este tiempo para regenerarse y descansar ciertos sistemas. Como una forma de compensar la falta de descanso, el cuerpo utilizara mecanismos poco saludables para permanecer en vigilia; tal es el caso de café, productos azucarados y/o grasos, ya que contienen sustancias que activan el cerebro para permanecer vigilante ante un posible peligro; las personas con ansiedad o depresión como yo, podemos caer mucho en estos atracones nocturnos.
7. Estilos Diferentes de Preparar Alimentos
Me refiero a consumir un alimento por ejemplo la papa, la cual va a cambiar su bioquímica de acuerdo a la forma como se prepare; haciéndola más nutritiva o, por el contrario, perjudicial; las culturas toman así un papel importante en este aspecto, ya que no es lo mismo consumir una papa frita hecha en sitios de comidas rápidas, cuya preparación utiliza ingredientes poco saludables, a una papa, que tú mismo prepares en casa cuyos ingredientes no estarán modificados químicamente. Este ejemplo que di, no es muy saludable, pero sí es muy real, pues la mayoría de culturas, utilizan la papa como fuente de carbohidrato. La papa hay que saberla consumir para aprovechar sus beneficios.
8. Estados Anímicos Fluctuantes
En muchas ocasiones las emociones se manifiestan por medio del tipo de alimentos que consumimos; si están aportando buenos nutrientes o, por el contrario, nos están llenando de calorías vacías; tal es el caso de emociones depresivas o ansiosas que hacen comer productos altos en grasas y azúcar, pues el cuerpo va a buscar formas de equilibrar los estados de ánimo; motivo muy importante que evita perder peso adecuadamente.
9. Obsesión por el Peso Producto de Pensamientos Rumiantes Mientras más te obsesiones con el tema “gordura”, más te predispondrás a crear pensamientos repetitivos que te harán ver, sentir y actuar con sobrepeso; generando de esta manera estados de ansiedad, agobio y desespero; pues sentiras que tus acciones para perder peso, han sido insuficientes y poco efectivas; cayendo en una trampa mental, donde veremos en el espejo, una imagen distorsionada de la realidad; pues constantemente nos mostrará la figura que odiamos tener; produciendo automáticamente rechazo a tu esencia y valor; convirtiéndose en un bucle o ciclo repetitivo de pensamientos tales como «tengo obesidad», «no soy feliz», «no obtengo resultados».10. Adicción Inconsciente al
AZÚCAR
Lo dejé al final, porque lo considero el «padre de todos los MOTIVOS» que he descrito en esta parte del blog; el azúcar, principalmente encontrado en productos procesados, es muy nocivo tanto para el cerebro como para las funciones en general del cuerpo. Pero este tema lo abordaré más adelante con mayor extensión; el azúcar es una sustancia tan adictiva como los opioides, drogas, tabaco, alcohol. Simplemente que es una adicción camuflada por las grandes compañías que fabrican productos para el consumo humano, donde lo que menos importa es el beneficio de salud de la población.

COMO CONCLUSIÓN, PUEDO DECIR

Ahora a mis 54 años y con un peso de 90 kilos, por fin me he dado cuenta que la balanza no me ayuda a saber si estoy saludable o no.

Lo realmente importante es encontrar el equilibrio entre, la predisposición genética, cantidad de fibra muscular, grasa almacenada, funcionamiento hormonal y emocional del cuerpo.

Pensando de esta forma, me he quitado un peso emocional bastante fuerte que bloqueó por años el funcionamiento armónico de los sistemas de mi cuerpo.

Veo ahora mi cuerpo como unidad, y como tal, actuará si existe algún desequilibrio a nivel físico, emocional o espiritual; manifestando dicha desarmonía por medio de ansiedad; esto a su vez podría producir aumento de peso al descontrolar nuevamente el metabolismo.

Estoy en un proceso de aceptación de quién soy y cómo soy hoy, ahora, en este instante. Lo que fue o vendrá, no hace parte de mi estado presente; pero mi estado presente sí afectará el futuro que deseo.

Seguiré creciendo en motivación hacia el bienestar físico, mental, emocional y espiritual.

Declaro cada día… soy un ser que brilla con amor hacia sí mismo y hacia los demás, e intenta salir de los estereotipos de belleza que solo han conseguido el desequilibrio y la falta de armonía de quien soy en el presente.

El espejo es ahora mi amigo; mi confidente de alegrías, porque refleja a la mujer madura del presente, que supera las dificultades al verlas como retos de amor propio.

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Obsevo mis gorditos, estrías y flacidez, como marcas de grandes batallas que he librado en la vida; cada una refleja enseñanzas que me hacen ser lo que soy; siempre mostrando una gran sonrisa por la aceptación y agradecimiento a la vida.

DESAPRENDI A…

  1. No aceptar mi cuerpo en el hoy. Aprendí; lo importante es buscar tener un cuerpo saludable y no una silueta esbelta pero mal nutrida.
  2. Ver la alimentación como una función del cuerpo para vivir. Aprendí a disfrutar cada bocado; disfrutando los sabores, viendo los colores, despertando las sensaciones que me permitan alimentarme conscientemente, buscando mi bienestar y no solo llenar el estómago.
  3. No tener balance en mis alimentos. Aprendí que el equilibrio entre porciones, nutrición y tiempo dedicado a la preparación y comer, son realmente importantes para una buena absorción de nutrientes.
  4. Comer azúcar, harinas y grasas saturadas como la forma de sentirme mejor anímicamente. Aprendí; los estímulos positivos, no los generan estos productos; solo dan ilusión de bienestar.
  5. Dar poca importancia a los ingredientes y etiquetas de los productos. Aprendí; algo fundamental para saber lo que estoy consumiendo, es estudiar, leer, analizar y concluir si el contenido del producto me va a alimentar o a nutrir.
  6. Que la baja energía es producida solamente por el sobrepeso. Aprendí; la baja energía no siempre es consecuencia del peso, los altibajos de energía pueden ser consecuencia de factores metabólicos, hormonales, aumento en el consumo de alimentos altos en azúcar y grasas; además por situaciones estresantes y ansiosas.
  7. Tener atracones descontrolados de comer, principalmente en la noche. Aprendí; el cuerpo requiere horas de descanso sin comer, con el fin de desintoxicarse y regenerarse; por esta razón, consumo alimentos hasta las 7:00 pm, máximo 7:30 pm y vuelvo a comer hasta El próximo día tipo 8:30 am a 9:00 am; en el transcurso del día hidrato mi cuerpo con 1500 ml a 2000 ml de agua pura.
  8. Comer para satisfacer deseos adictivos de azúcar, harinas y grasas. Aprendí; la mejor forma para una buena salud emocional, física y mental es desarrollar una dieta basada en alimentación consciente, es decir, lo que como sea directamente proporcional a lo que necesito para nutrir el cuerpo teniendo prioridad por decisiones saludables.
  9. Que los fallos en la memoria, olvidos, aturdimientos y pensamientos repetitivos son producto de la edad o niveles ansiosos/depresivos. Aprendí; pensar así, reprograma el cerebro para sufrir posiblemente de Alzheimer, demencia y vejez prematura; lo importante es buena nutrición del cuerpo, la mente y el espíritu.
  10. Ver los animales como fuente principal de proteínas. Aprendí; no es necesario hacer daño a seres indefensos, ellos también tienen derecho de vivir; los animales al ser sacrificados, mueren con sensaciones de dolor, miedo, angustia, ansiedad y todo aquello se transmite al ser humano consumiendo su carne; ahora, te invito a reflexionar lo siguiente; cuando estás pasando por un cuadro ansioso, sufres porque el dolor, la angustia, el temor, sobrepasan tus límites, así mismo sucede en aquellos seres; la diferencia es que mientras tú tienes la oportunidad de decidir enfrentar tus sensaciones, ellos no.

Así, como yo, tú podrías emprender este hermoso camino de bienestar. Mi invitación es que te suscribas, para que sigan llegando a tu correo las notificaciones de los temas que voy subiendo, no tiene ningún costo para ti, por el contrario, podrías ganar mucha salud y bienestar al ver situaciones reales de una persona común como yo.

Ten un excelente día y te envío muchos deseos de bienestar.

2 Comentarios

  1. En espera de que continues tu blog, se que tu aporte de vida llegará a muchas personas que como yo hemos pasado por momentos críticos que nos llevan a reflexionar en cómo mejorar algunos aspectos para que nuestra vida cambie y así lograr un equilibrio físico y mental , adelante

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